Poemas Inutiles
Llovera tres días mas,
nos tendremos que cubrir
-dices-.
Las gotas nos perforarán,
como mazos de verdugo.
Pesados, solidos.
Serán golpes de agua.
Hidropiedras que caen
en cara, en brazos;
como plaga de Sodoma.
Los pies anclados (ya no)
al pavimento pardo.
He decidido caminar
entre aguas anunaciadas previamente
sin voltear sobre el hombro;
no vaya yo a quedar
como estatua profuga de sal.
***************************
La peña pobre.
Cielo !Hurra!
Niños que rompen
piel de crecimiento
viturean y manejan
"polvito del Diablo".
Son Dioses
controlan el trueno.
Chuchos sin timpanos,
aúllan, buscan refugio,
rascan paredes.
La nieve de noche, hoy,
se deshiela poco,
por azufrosas manos
que juegan con Pólvora.
********************************
Nos queremos por soledad.
Por destinos encontrados
que caminan solos;
sin conocerse, sin buscarse.
El viento con su vaiven
nunca nos perfumo a
uno del otro.
Y no conocemos ni la sonrisa vulgar
con su estallido de trueno
que producimos frente a los amigos.
Nos queremos como
la concha quiere al caracol;
como el caracol escoje la concha.
Nos queremos por soledad,
y todavía seguimos solos.
**************************************
nos tendremos que cubrir
-dices-.
Las gotas nos perforarán,
como mazos de verdugo.
Pesados, solidos.
Serán golpes de agua.
Hidropiedras que caen
en cara, en brazos;
como plaga de Sodoma.
Los pies anclados (ya no)
al pavimento pardo.
He decidido caminar
entre aguas anunaciadas previamente
sin voltear sobre el hombro;
no vaya yo a quedar
como estatua profuga de sal.
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La peña pobre.
Cielo !Hurra!
Niños que rompen
piel de crecimiento
viturean y manejan
"polvito del Diablo".
Son Dioses
controlan el trueno.
Chuchos sin timpanos,
aúllan, buscan refugio,
rascan paredes.
La nieve de noche, hoy,
se deshiela poco,
por azufrosas manos
que juegan con Pólvora.
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Nos queremos por soledad.
Por destinos encontrados
que caminan solos;
sin conocerse, sin buscarse.
El viento con su vaiven
nunca nos perfumo a
uno del otro.
Y no conocemos ni la sonrisa vulgar
con su estallido de trueno
que producimos frente a los amigos.
Nos queremos como
la concha quiere al caracol;
como el caracol escoje la concha.
Nos queremos por soledad,
y todavía seguimos solos.
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