enero 15, 2005

Ricardo Castillo

MUCHACHO MALO

Hablar de amor con las cervezas bien conjugadas,
hablar de amor a horas tan Ogras, a horas tan Brujas
es como no morder el anzuelo
como hacer caso al letrero: Prohibido Escupir.
Abrir a patadas la puerta del hogar,
romper macetas, bailar flamenco sobre la cena de Navidad,
son solo los inicios, las naturales necesidades,
de hablar de amor con el cuerpo,
de hablar de la belleza con gruñidos
al descubrir que la vida poco tiene que ver con el album familiar.